Las suculentas son las plantas ideales para el interior. Aprenda cómo cuidarlas, mantenerlas vivas y prósperas.
Las suculentas necesita luz por un tiempo aproximado de seis horas diarias, esto depende del tipo de suculenta. Las suculentas recién plantadas pueden quemarse a la luz solar directa, por lo que te recomendamos colocarlas gradualmente a la exposición del sol o proporcionar sombra con una cortina transparente.
Las suculentas adoran el sol directo, pero si el suyo está sentado en el mismo lugar exacto día tras día, es probable que solo un lado reciba suficiente luz. Las suculentas se inclinarán hacia el sol, por lo que girarlas las ayudará a pararse erguidas.
Las suculentas necesitan más agua cuando están en un período de crecimiento. Durante el verano, las plantas prosperan y beben mucha más agua que cuando descansan en invierno, se recomienda probar la tierra con un dedo para ver si esta humeda. El exceso de riego puede matar a la suculenta, así que asegúrate de dejar que la tierra se seque entre riegos.
Cuando riegues tus suculentas, remoja la tierra hasta que el agua salga por los agujeros de drenaje. Si la maceta o recipiente no tiene agujeros de drenajete recomiendo que hagas unos agujeros. También puedes colocar sobre un plato con agua y permitir que el agua se absorba a través del orificio de drenaje.
Las suculentas necesitan una preparación de tierra especial para macetas con arena, piedra pómez o perlita. Las raíces suculentas son muy frágiles, así que se suave al trasplantar.
Las suculentas no necesitan mucho fertilizante, pero puedes darles una alimentación ligera durante la temporada de crecimiento de primavera y verano. Ten cuidado de no fertilizar en exceso, esto puede causar que suculenta crezca demasiado rápido y se debilite.